sábado, 8 de noviembre de 2014

Recuerdos

Escribo esto sabiendo que no será leído, al menos no por la persona que yo deseaba.
Recuerdo que la vi caminando en esa solitaria calle, la luz de al tarde la hacía lucir aún más hermosa. Su cabello trenzado la hacía lucir diferente a los demás, diferente en muchos sentidos, extraordinaria diría yo. Su andar era ligero, pero se notaba firme, seguro, como si de verdad supiera a donde ir. Los días como ese me gustaban, no porque fuera uno de esos días en los que el viento hace hablar a los árboles, o formara infinidad de formas con las aparentemente apacibles nubes blancas, sino por ella, ella era la que hacía mis días. Es una lástima que ella no lo sepa, quizás nunca lo sabrá, ella no está destinada para mi.



Estas son la clase de historias que comienzan pero que  uno nunca puede terminar. (tristemente)